Usualmente las personas creen que vestir de blanco es la mejor forma de mantenerse fresco en medio del calor, ya que el color blanco refleja la mayoría de ondas de energía que entran al planeta, incluyendo los rayos del sol. Y a su vez, que el color negro absorbe estas ondas y las retiene. Esto es completamente correcto, sólo que a esta explicación le hace faltan algunos datos.
En una exhaustiva investigación (Walsberg, Campbell, & King, 1978. J. Comp. Physiol. 126B: 211-222), se afirma que la sensación de calor no sólo es producto de los rayos solares, sino que nuestros cuerpos también emiten energía y calor. Así que, si usamos ropa blanca, cuando todo ese calor que emitimos golpea la ropa, se refleja de vuelta hacia nuestro cuerpo. Por lo que podríamos decir que cuando vestimos de blanco nos “cocinamos” a nosotros mismos. Mientras que cuando vestimos de negro, la prenda absorbe tanto la energía y rayos del sol, como el calor que emitimos nosotros. Haciéndonos sentir un poco más frescos que cuando vestimos de blanco.
Conclusión: La ropa de negra absorbe la luz solar y el calor que emite tu cuerpo. La ropa blanca no sólo refleja la luz solar, sino que también refleja el calor que emitimos de vuelta hacia tu cuerpo. ¿Ganador? La ropa negra.